martes, 11 de enero de 2011

Envía tu luz

Salmos 43

Plegaria pidiendo vindicación y liberación
 1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;
    Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.
   
 2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?
    ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
   
 3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;     Me conducirán a tu santo monte,     Y a tus moradas.
   
 4 Entraré al altar de Dios,
    Al Dios de mi alegría y de mi gozo;
    Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
   
 5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
    Y por qué te turbas dentro de mí?
    Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
    Salvación mía y Dios mío.

Hace dos años, fui a un campamento juvenil en un lugar en la montaña llamado los Encinos. Una noche, se iba a hacer una fogata un poquito lejos de donde estaban las cabañas donde nos quedábamos a dormir, todos ya iban de camino y yo me quedé en una cabaña un poco más de tiempo. Cuando acordé, ya no había nadie y yo estaba por emprender el camino. Lo malo es que iba caminando sola y lo peor fue que estaba COMPLETAMENTE obscuro y no tenía una linterna. Después de rasparme con las ramas que no podía ver, darme en la cabeza con la rama de otro árbol y casi caerme a un pequeño río seco, llegué a mi destino. Fueron cinco minutos reales, pero yo sentí que había sido una hora!!! Caminaba con las manos por delante porque literalmente no veía NADA!!! Deseaba tener un poco de luz, hasta quería usar las luciérnagas como linternas pero ni siquiera las podía atrapar. Gracias a Dios me ayudó a ser paciente y no desesperarme hasta llegar al destino final.

Lo que me sucedió allá en Los Encinos me recuerda al rey David. Él tenía enemigos y eso le hacía sentirse en oscuridad, David le pedía a Dios que le enviara de Su luz para saber cómo actuar y dirigirse y así estar en Su presencia con gozo.

Nosotros también podemos tener enemigos y setirnos perdidos y desesperados. A veces nosotros mismos podemos ser el prinicipal enemigo porque no dejamos que Dios nos guíe.

Pídamosle a Él que nos envíe de Su luz para ser guiados por el buen camino para llegar a Su presencia a deleitarnos de Él.


lunes, 10 de enero de 2011

Su voluntad

Hoy regresé a la oficina donde realizo mi servicio social. Me dió tanta alegría ver a mis compañeras de servicio que han llegado a ser más que compañeras pues hemos convivido por más de cuatro meses.

Debo decir que aunque me siento agusto con mis responsabilidades allí, no puedo hacer completamente lo que yo quiera ya que tengo una jefa. Estarán de acuerdo conmigo que aunque tenga las mejores intenciones, simplemente no puedo hacer mi voluntad, siempre hay qué acatar las órdenes de la persona para quien trabajamos.

Así que el pasaje que Dios me mostró el día de hoy tiene que ver con lo que acabo de escribir, habla de la voluntad: "El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón". Salmos 40:8

La naturaleza del ser humano es hacer lo que trae placer y felicidad, por esa razón, puede tornarnse complicado hacer la voluntad de alguien más cuando uno no está de acuerdo. Pero tratándose del Creador...¿hasta qué punto podremos rendirle nuestra voluntad? Esto puede a veces no ser tan placentero porque Su voluntad es en muchas ocasiones muy diferente a lo que nosotros deseamos y aunque sabemos que Él siempre desea nuestro bienestar y aprendizaje en cada situación que enfrentamos, es muy fácil olvidarlo.

Ojalá que el deseo de tu corazón y el mío sea el de hacer Su voluntad y no la nuestra; conociéndola a través de Su Palabra.

"Señor, es difícil dejar que Tu voluntad esté por encima de la mía. Ayúdame por favor a rendirme a ella por completo".



domingo, 9 de enero de 2011

Sepa yo cuán frágil soy


Salmos 39:4-11
          4 Hazme saber, Jehová, mi fin,
    Y cuánta sea la medida de mis días;
    Sepa yo cuán frágil soy.
     5 He aquí, diste a mis días término corto,
    Y mi edad es como nada delante de ti;
    Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah
     6 Ciertamente como una sombra es el hombre;
    Ciertamente en vano se afana;
    Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
     7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
    Mi esperanza está en ti.
     8 Líbrame de todas mis transgresiones;
    No me pongas por escarnio del insensato.
     9 Enmudecí, no abrí mi boca,
    Porque tú lo hiciste.
     10 Quita de sobre mí tu plaga;
    Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
     11 Con castigos por el pecado corriges al hombre,
    Y deshaces como polilla lo más estimado de él;
    Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah

Hace un par de días platicaba sobre el ciclo de la vida con una amiga que perdió un familiar muy querido. Le comentaba que es tan normal para uno vivir dentro de un ciclo de vida, con personas que tienen el mismo destino: nacer, vivir, partir de este mundo. Lo complicado y muchas veces inexplicable llega cuando nos toca tener muy de cerca a alguien que parte. En los momentos más difíciles uno trata de resisitirse a la idea de que esa persona querida ya no estará conviviendo y viviendo entre nosotros. Sin embargo, Dios nos ofrece un consuelo especial para seguir adelante.

El rey David estaba consciente del ciclo de la vida y le pedía a Dios que le ayudara a entender su fragilidad. Él sabía que si se dedicaba a amontonar riquezas, nada de esto le serviría porque Dios podía pedirle su vida en cualquier momento, todo resultaría ser vanidad.

Esto me lleva a pensar que tú y yo somos igual de frágiles que el Rey David y aunque no tenga nada que ver con la realeza y no esté amontonando riquezas,  me pregunto ¿estoy aprovechando realmente mi vida? ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué he dejado de hacer? Y lo más importante, ¿estoy viviendo como Dios quiere que lo haga?

Al leer este pasaje Dios me recordó que debo revisar mis prioridades, si Él ha quedado de lado o en segundo lugar, Él puede deshacer como polilla lo más estimado que hay en mí. Esto no para hacerme sufrir, sino para ayudarme a volver la mirada hacia Él antes que cualquier otra cosa o persona.

Si hoy Dios decidiera que el fin de mi vida ha llegado y me pidiera cuentas ¿qué le diré?

"Querido Dios, ayúdame a entender que mi vida es tan corta y efímera , como una sombra que dura solamente un tiempo corto. Enséñame a aprovechar cada día para darte el primer lugar y hacer lo que a ti te agrada. Sepa yo cuán frágil soy. Amén."


sábado, 1 de enero de 2011

Porque separados de Él, nada podemos hacer

Juan 15

Jesús, la vid verdadera
 1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
    2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
    3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
    4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
    5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
    6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
    7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
    8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
    9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
    10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
    11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
    12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros,(A) como yo os he amado.
    13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
    15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
    16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
    17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.


Un año más ha quedado atrás y con él muchas experiencias de todo tipo. Hoy queremos comenzar el 2011 con el pie derecho haciendo propósitos, trazando metas y deseando éxito, salud, trabajo y bienestar a los demás. ¡Eso está genial! Sin embargo, hay una verdad que no debemos pasar por alto: Cristo dijo "porque separados de mí nada podéis hacer". Hay tantas cosas que deseamos hacer y cumplir y otras tantas más que le deseamos a la gente más querida a nuestro alrededor, pero todas estas cosas hermosas se quedarán en deseos si Cristo no es el centro de nuestras vidas.

Cristo no sólo nos dice qué debemos hacer, sino que también nos dice cómo: guardando Su Palabra. Si leemos la Biblia y obedecemos lo que nos dice Dios a través de ella podremos permancecer en el amor de Cristo, podremos permanecer en Él.

Así que si aún no eres parte de la vid que es Cristo, ¡no lo pienses más y entrega tu vida a Él! Si ya eres un pámpano, debes permanecer en Él para poder llevar fruto, para poder llevar a cabo todas esas metas y propósitos que te has propuesto, si son de acuerdo a Su voluntad.

Porque separados de Él, nada podremos hacer.