viernes, 17 de septiembre de 2010

#1

La vida está llena de experiencias, unas gratas y otras tristes, pero al pasar el tiempo quedarán plasmadas en la mente y el corazón para que al voltear atrás pueda aprender de ellas, sobretodo porque son experiencias que están dentro del plan de Dios para mi vida, las cuales Él usa para enseñarme a ser dependiente de Él y a obedecerle.
Ésa es la razón principal de este blog. Dios me ha permitido vivir 21 años y cada día me enseña cosas nuevas que me gustaría compartir contigo.

Así que, quisiera empezar explicando el título del blog. La frase que puedes leer en la parte superior es parte de uno de mis versículos favoritos de la Biblia: "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos." Salmos 32:8
Esta es una promesa de Dios para mí (y puede ser para ti también). Dios es el mayor Maestro y si yo me dejo ser enseñada por Él a través de Su Palabra, Él me mostrará por dónde debo conducirme y cómo debo actuar en cada circunstancia de mi vida. Lo más hermoso es que siempre sentiré Su mirada protectora sobre mí para corregirme cuando sea necesario (y vaya que siempre es necesario) y para cuidarme por supuesto.

No puedo especificar cuándo pero hace pocos años el Señor tuvo misericordia de mí y me mostró que yo le necesitaba. Reconocí mi condición de pecadora y me arrepentí pidiéndole que me ayudara a tomar un rumbo contrario al que llevaba. Creí que Jesucristo tomó forma de hombre y vino a este mundo a morir en la Cruz del Calvario en mí lugar y le pedí que entrara en mi corazón y que reinara en él, siendo el Dueño y Señor de mi vida. Dios comenzó un proceso de transformación en mi vida y siempre le pido que me enseñe el camino en que debo andar.

Puedo decir que mi vida ha comenzado realmente. Dios me ha perdonado y ahora con Su ayuda vivo una vida para Él, reconociendo que sigo teniendo muchísimas fallas y debilidades. Sin embargo, el Señor ha sido fiel a pesar de mí y me sigue amando, perdonando y levantando cada vez que caigo en el camino, gracias a Su misericordia.

Ahora estoy a la espera del cumplimiento de la promesa de mi Señor, de una vida eterna en Su presencia, ya sea a través de Su segunda venida o si decide llamarme antes, estaré cara a cara con mi amado Señor.

"No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;
porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Porque aún un poquito,
Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
Más el justo vivirá por fe;
Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma."
                                                           Hebreos 10:35-39



¡Dios te bendiga!

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