martes, 3 de enero de 2012

¿Qué falta?

El pasaje de Hechos 10 comienza con la descripción de un hombre que a los ojos de cualquier persona que lea lo que se dice de él puede parecerle un hombre completo, pleno y recto delante de Dios: 

"Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre."

¡Parece que este hombre era muy bueno! A pesar de ello, Dios le mostró que había algo más. ¡Necesitaba escuchar el mensaje de salvación! Un ángel de Dios le dijo en visión que debía mandar llamar a Pedro, discípulo del Señor para conocer qué era aquello que le faltaba hacer. 

Yo no sé si Cornelio creía que algo le faltaba, si por algún momento en su mente pasó la idea de que el tener temor de Dios, dar limosna y orar a Dios siempre no era suficiente en su vida. Pienso que él tenia un buen testimonio delante de toda la gente y era tan ejemplar junto con su familia. Él pudo continuar con su vida y hacer caso omiso del mensaje del ángel pero sin duda él fue humilde al creer en el mensaje e inmediatamente mandar llamar a Pedro.

Cuando Pedro llegó a casa de Cornelio hablo lo que Dios le había inspirado a decir. Lee y descubre qué era aquello que Cornelio aún no había hecho.


34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,
    35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.
    36 Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.
    37 Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan:
    38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
    39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero.
    40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase;
    41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.
    42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.
    43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.


¡Así es! Lo que Cornelio aún no había hecho era creer en Jesús y arrepentirse de sus pecados confesándolos a Aquel quien es el único que puede perdonarlos. Sin duda alguna, Cornelio hacía su mejor esfuerzo para hacer cosas buenas y no fallar delante de Dios pero lo seguía haciendo de alguna manera. La misma Biblia dice que todos hemos pecado (Romanos 3:23) y Cornelio estaba incluído ahí así como tú y yo lo estamos. 

El punto principal es que él se había saltado el primer paso en una comunión íntima e integra delante de Dios: creer en Jesús como su único y suficiente Salvador de una muerte eterna separado de Dios y pedir perdón por sus pecados.

Cornelio decidió dar el paso que le faltaba, no lo dudó. Después del mensaje de Pedro, Cornelio y los suyos creyeron. El último versículo de este pasaje dice: Y (Pedro) mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días." Ellos querían seguir aprendiendo de Jesús.

Es posible que te hayas identificado con este personaje. Tal vez ya creíste pero no vives una vida santa y recta delante de Dios o tal vez ni siquiera haces algo de lo que Cornelio hacía. Si estás en cualquiera de estas situaciones puedes entender que Dios te está llamando a una vida limpia no a través de tus propios esfuerzos, sino mediante la ayuda de Cristo quien ya ha hecho todo lo necesario para que tú y yo podamos disfrutar de una vida espiritual completa en él.  

Después de esta historia que Dios te ha mostrado, ¿decidirás creer en Jesús y pedirle a Cristo que salve y cambie tu vida? Recuerda que ningún esfuerzo humano nos podrá salvar de la condenación eterna sino la sangre de Cristo derramada en la cruz del Calvario.