sábado, 23 de julio de 2011

"...porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia..."

Hace un mes transitaba por una avenida con mi madre, una tía y sus pequeñas de 1 y 5 años. De pronto algo inesperado interrumpió nuestra agradable conversación; era el sonido de disparos dirigiéndose de un lado de la avenida al otro, justo por donde íbamos a pasar. Mi madre no podía cambiar de dirección porque involucraba quedarse un par de minutos en medio del fuego cruzado; así que decidió acelerar. Por la ventana pude ver al muchacho que disparaba a dos metros de distancia de nuestra camioneta. Hubo disparos antes y después de que la camioneta pasara en frente de este hombre.
Reconocemos que fue Dios quien nos protegió e hizo que el hombre no disparara, algo que este tipo de personas no hacen regularmente. ¡Dios tiene misericordia de sus hijos!  

Al siguiente sábado estando en la reunión de jóvenes, Wicho (uno de los jóvenes de ejemplo en esta reunión) nos compartía sobre Jonás, un personaje bíblico muy conocido. Él nos recordaba cómo Jonás había "huido" de la presencia de Jehová para no ir a Nínive a predicar un mensaje de destrucción por el pecado de las personas que ahí vivían. Los ninivitas se arrepintieron y Dios tuvo misericordia.

Pero Jonás se enojó...

1 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.
    2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.
    3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
    4 Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?
    5 Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad.
    6 Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera.
    7 Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó.
    8 Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.
    9 Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.
    10 Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció.
    11 ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?



Dios decidió tener misericordia de los ninivitas a pesar de la actitud de Jonás.

La decisión de Dios tal vez no vaya con nuestra manera de pensar hoy en día porque ¡cómo desearíamos que esto terminara de una buena vez y que los hombres que irrumpen la paz en las calles simplemente dejaran de existir!

A pesar de las cosas malas tan pequeñas o tan grandes y horribles que suceden día con día y a pesar de nosotros; cuando el hombre se arrepiente, hay un Dios clemente y piadoso, tardo en enojarse, y de grande misericordia.

Dios puede restaurar nuestra nación, darle perdón y  tener misericordia como la tuvo con el pueblo de Nínive y de la misma manera  como restauró a sus habitantes; la clave está en la decisión de arrepentirse de manera geniuna.


¡HAY ESPERANZA!



miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria?

Mateo 7

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?



Hoy me doy cuenta de la condición en que Cristo me ama; teniendo una naturaleza pecaminosa y de tendencia a la comodidad y satisfacción personal. Él sigue siendo fiel a sus promesas protectoras y paternales.

Leyendo el pasaje del día de hoy, vino a mi memoria un suceso que repentinamente sacudió mi vida y la de mi familia hace 5 años. Mamá fue diagnosticada con cáncer. En ese año estaba estudiando en la preparatoria y recuerdo que algunas de mis clases simplemente "pasaron de noche" por falta de concentración. 

Sí, yo sabía que Dios estaba en control y sin embargo me sentía muy angustiada. Esta enfermedad es sinónimo de tristeza y fatalidad, así que ése era mi pensamiento todo el tiempo. Después de un par de meses, Dios concedió una solución a la enfermedad a través de una operación y todo volvió a la normalidad. ¡A Él sea el honor!

Durante esos meses, todo giraba a tiempos de oración al Padre para pedir por sanidad y recuperación. Él contestó y mostró su misericordia, sin merecerla. A partir de ese año, Dios ha destinado situaciones similares en mi familia para seguir trabajando en nuestra confianza y fe en su voluntad, sabiendo que no somos nada sin su presencia en medio nuestro.


"Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Salmos 8:3-4

¡Gloria y honra al Padre quien en su amor pone sus ojos en sus hijos para guiarlos por el camino de vida eterna!







(Esta canción me la enseñó un compañero de la preparatoria justo el día del del diagnóstico de mamá, así que es muy especial y trae a la memoria muchos recuerdos) 

lunes, 18 de abril de 2011

La mano de Dios no se ha acortado

La situación en la cual vivimos hoy en día en nuestro país y más palpable, en nuestra ciudad, tiene un origen, múltiples consecuencias, pero gracias a Dios también tiene solución.
A veces nos preguntamos si Dios se ha olvidado, si hace caso omiso de nuestra situación pero Su Palabra es fiel y dice que Su mano no se ha acortado para salvar. Por el contrario, el pecado del hombre ha creado una barrera y ha hecho que se aleje de Dios.
Toma un tiempo para leer este pasaje y reflexionar sobre él. Si reconoces algún pecado que Dios menciona, arrepiéntete y pídele que transforme tu vida. Yo encontré muchos en los que he caído y Dios ha extendido Su mano para salvarme.

Isaías 59 (Reina-Valera 1960)


 1 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;     2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
    3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.
    4 No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad.
    5 Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos, morirá; y si los apretaren, saldrán víboras.
    6 Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en sus manos.
    7 Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos.
    8 No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.
    9 Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad.
    10 Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos.
    11 Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de nosotros.
    12 Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados:
    13 el prevaricar y mentir contra Jehová, y el apartarse de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira.
    14 Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir.
    15 Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho.
    16 Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.
    17 Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto,
    18 como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa.
    19 Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él.
    20 Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.
 
    21 Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.

sábado, 26 de marzo de 2011

Idolatría

El pasaje del día de hoy trata sobre el pecado de la idolatría en el ser humano. La realidad es que es muy difícil para el hombre creer en algo que no ve, hablarle a alguien que no es palpable o confiar en alguien que no aconseja de viva voz. Sin embargo, creo que una de las más grandes enseñanzas y mandamientos de Dios al hombre, es el hecho de tener fe; tener la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Por esa razón, desde los inicios de la historia de la humanidad, Dios mandó a los hombres que no se hicieran ídolos o imágenes y las razones se encuentran en el pasaje de Isaías que puedes leer en las siguientes líneas.  No hay más clara explicación que cuando la misma Palabra de Dios alumbra al corazón de una persona y le convence.

Isaías 44:9-20
La insensatez de la idolatría
 9 Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.
    10 ¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho?
    11 He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una.
    12 El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya.
    13 El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa.
    14 Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia.
    15 De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él.
    16 Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: !!Oh! me he calentado, he visto el fuego;
    17 y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú.
    18 No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender.
    19 No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?
    20 De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?

Isaías 46:5-9 

5 ¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes?
    6 Sacan oro de la bolsa, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran.
    7 Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan, y tampoco responde, ni libra de la tribulación.
    8 Acordaos de esto, y tened vergüenza; volved en vosotros, prevaricadores.
    9 Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí,


Si has tenido dudas en cuanto a adorar y rendirle cuentas a algo más que no es Dios, Él te ha contestado en esta hora. No confíes en una imagen o un ídolo; confía en Dios y escúchale a través de Su Palabra.

"Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás" Lc 4:8b


jueves, 24 de marzo de 2011

Decisiones

Después de varias semanas sin escribir, el Señor ha puesto en mí el deseo de hacerlo nuevamente y compartir con ustedes algunas enseñanzas de Su palabra. La meditación del día de hoy está basada en  algunos versículos de Mateo 7.
La oración, y la regla de oro
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
    8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
    9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
    10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
    11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
    12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
 
 
    24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
    25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
    26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
    27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
    28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
    29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
 
En los próximos meses de este primer semestre del año, me encontraré en la circunstancia de tomar decisiones importantes. Después de leer el pasaje de Mateo 7 recordé que...

Mi vida entera, incluyendo mi fe, deseos, metas , decisiones y acciones deben estar basados y fundamentados en los principios y la voluntad de Cristo (la roca fuerte). De esta manera, a pesar de los obstáculos y dificultades; nada podrá derrumbarme. (versículos 24-29)

Dios tiene promesas para sus hijos y como mi Padre celestial se compromete diciendo que si pido, se me dará; si busco, hallaré; si llamo, se me abrirá. Pero estas promesas se cumplirán sólo si me encuentro en una vida de obediencia y sumisión a Su voluntad y guía.

Si tú te encuentras en una situación similar en la que debes tomar decisiones, mi sugerencia es seguir estos tres sencillos pasos:
1. Fundamenta tu vida en Cristo
2. Sé obediente a Él
3. Pide, busca y llama

martes, 11 de enero de 2011

Envía tu luz

Salmos 43

Plegaria pidiendo vindicación y liberación
 1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;
    Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.
   
 2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?
    ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
   
 3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;     Me conducirán a tu santo monte,     Y a tus moradas.
   
 4 Entraré al altar de Dios,
    Al Dios de mi alegría y de mi gozo;
    Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
   
 5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
    Y por qué te turbas dentro de mí?
    Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
    Salvación mía y Dios mío.

Hace dos años, fui a un campamento juvenil en un lugar en la montaña llamado los Encinos. Una noche, se iba a hacer una fogata un poquito lejos de donde estaban las cabañas donde nos quedábamos a dormir, todos ya iban de camino y yo me quedé en una cabaña un poco más de tiempo. Cuando acordé, ya no había nadie y yo estaba por emprender el camino. Lo malo es que iba caminando sola y lo peor fue que estaba COMPLETAMENTE obscuro y no tenía una linterna. Después de rasparme con las ramas que no podía ver, darme en la cabeza con la rama de otro árbol y casi caerme a un pequeño río seco, llegué a mi destino. Fueron cinco minutos reales, pero yo sentí que había sido una hora!!! Caminaba con las manos por delante porque literalmente no veía NADA!!! Deseaba tener un poco de luz, hasta quería usar las luciérnagas como linternas pero ni siquiera las podía atrapar. Gracias a Dios me ayudó a ser paciente y no desesperarme hasta llegar al destino final.

Lo que me sucedió allá en Los Encinos me recuerda al rey David. Él tenía enemigos y eso le hacía sentirse en oscuridad, David le pedía a Dios que le enviara de Su luz para saber cómo actuar y dirigirse y así estar en Su presencia con gozo.

Nosotros también podemos tener enemigos y setirnos perdidos y desesperados. A veces nosotros mismos podemos ser el prinicipal enemigo porque no dejamos que Dios nos guíe.

Pídamosle a Él que nos envíe de Su luz para ser guiados por el buen camino para llegar a Su presencia a deleitarnos de Él.


lunes, 10 de enero de 2011

Su voluntad

Hoy regresé a la oficina donde realizo mi servicio social. Me dió tanta alegría ver a mis compañeras de servicio que han llegado a ser más que compañeras pues hemos convivido por más de cuatro meses.

Debo decir que aunque me siento agusto con mis responsabilidades allí, no puedo hacer completamente lo que yo quiera ya que tengo una jefa. Estarán de acuerdo conmigo que aunque tenga las mejores intenciones, simplemente no puedo hacer mi voluntad, siempre hay qué acatar las órdenes de la persona para quien trabajamos.

Así que el pasaje que Dios me mostró el día de hoy tiene que ver con lo que acabo de escribir, habla de la voluntad: "El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón". Salmos 40:8

La naturaleza del ser humano es hacer lo que trae placer y felicidad, por esa razón, puede tornarnse complicado hacer la voluntad de alguien más cuando uno no está de acuerdo. Pero tratándose del Creador...¿hasta qué punto podremos rendirle nuestra voluntad? Esto puede a veces no ser tan placentero porque Su voluntad es en muchas ocasiones muy diferente a lo que nosotros deseamos y aunque sabemos que Él siempre desea nuestro bienestar y aprendizaje en cada situación que enfrentamos, es muy fácil olvidarlo.

Ojalá que el deseo de tu corazón y el mío sea el de hacer Su voluntad y no la nuestra; conociéndola a través de Su Palabra.

"Señor, es difícil dejar que Tu voluntad esté por encima de la mía. Ayúdame por favor a rendirme a ella por completo".



domingo, 9 de enero de 2011

Sepa yo cuán frágil soy


Salmos 39:4-11
          4 Hazme saber, Jehová, mi fin,
    Y cuánta sea la medida de mis días;
    Sepa yo cuán frágil soy.
     5 He aquí, diste a mis días término corto,
    Y mi edad es como nada delante de ti;
    Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah
     6 Ciertamente como una sombra es el hombre;
    Ciertamente en vano se afana;
    Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
     7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
    Mi esperanza está en ti.
     8 Líbrame de todas mis transgresiones;
    No me pongas por escarnio del insensato.
     9 Enmudecí, no abrí mi boca,
    Porque tú lo hiciste.
     10 Quita de sobre mí tu plaga;
    Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
     11 Con castigos por el pecado corriges al hombre,
    Y deshaces como polilla lo más estimado de él;
    Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah

Hace un par de días platicaba sobre el ciclo de la vida con una amiga que perdió un familiar muy querido. Le comentaba que es tan normal para uno vivir dentro de un ciclo de vida, con personas que tienen el mismo destino: nacer, vivir, partir de este mundo. Lo complicado y muchas veces inexplicable llega cuando nos toca tener muy de cerca a alguien que parte. En los momentos más difíciles uno trata de resisitirse a la idea de que esa persona querida ya no estará conviviendo y viviendo entre nosotros. Sin embargo, Dios nos ofrece un consuelo especial para seguir adelante.

El rey David estaba consciente del ciclo de la vida y le pedía a Dios que le ayudara a entender su fragilidad. Él sabía que si se dedicaba a amontonar riquezas, nada de esto le serviría porque Dios podía pedirle su vida en cualquier momento, todo resultaría ser vanidad.

Esto me lleva a pensar que tú y yo somos igual de frágiles que el Rey David y aunque no tenga nada que ver con la realeza y no esté amontonando riquezas,  me pregunto ¿estoy aprovechando realmente mi vida? ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué he dejado de hacer? Y lo más importante, ¿estoy viviendo como Dios quiere que lo haga?

Al leer este pasaje Dios me recordó que debo revisar mis prioridades, si Él ha quedado de lado o en segundo lugar, Él puede deshacer como polilla lo más estimado que hay en mí. Esto no para hacerme sufrir, sino para ayudarme a volver la mirada hacia Él antes que cualquier otra cosa o persona.

Si hoy Dios decidiera que el fin de mi vida ha llegado y me pidiera cuentas ¿qué le diré?

"Querido Dios, ayúdame a entender que mi vida es tan corta y efímera , como una sombra que dura solamente un tiempo corto. Enséñame a aprovechar cada día para darte el primer lugar y hacer lo que a ti te agrada. Sepa yo cuán frágil soy. Amén."


sábado, 1 de enero de 2011

Porque separados de Él, nada podemos hacer

Juan 15

Jesús, la vid verdadera
 1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
    2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
    3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
    4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
    5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
    6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
    7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
    8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
    9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
    10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
    11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
    12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros,(A) como yo os he amado.
    13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
    15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
    16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
    17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.


Un año más ha quedado atrás y con él muchas experiencias de todo tipo. Hoy queremos comenzar el 2011 con el pie derecho haciendo propósitos, trazando metas y deseando éxito, salud, trabajo y bienestar a los demás. ¡Eso está genial! Sin embargo, hay una verdad que no debemos pasar por alto: Cristo dijo "porque separados de mí nada podéis hacer". Hay tantas cosas que deseamos hacer y cumplir y otras tantas más que le deseamos a la gente más querida a nuestro alrededor, pero todas estas cosas hermosas se quedarán en deseos si Cristo no es el centro de nuestras vidas.

Cristo no sólo nos dice qué debemos hacer, sino que también nos dice cómo: guardando Su Palabra. Si leemos la Biblia y obedecemos lo que nos dice Dios a través de ella podremos permancecer en el amor de Cristo, podremos permanecer en Él.

Así que si aún no eres parte de la vid que es Cristo, ¡no lo pienses más y entrega tu vida a Él! Si ya eres un pámpano, debes permanecer en Él para poder llevar fruto, para poder llevar a cabo todas esas metas y propósitos que te has propuesto, si son de acuerdo a Su voluntad.

Porque separados de Él, nada podremos hacer.